jueves, 20 de octubre de 2011

Hermes Binner: una fuerza que llegó para quedarse


Por Belén López Peiró y Melanie Senestrari

Pese a que el ex gobernador de Santa Fe decidió postularse en tiempo límite para las primarias del 14 de agosto, su presencia “fue la novedad” y sorprendió al obtener el cuarto lugar junto a su compañera de fórmula, Norma Morandini. Su campaña electoral fue mínima en comparación con las demás, pero la diferencia no se notó: fue el candidato más beneficiado de la oposición. Actualmente, su meta final es lograr la solidez de su fuerza y posicionarse por debajo de la Presidenta Cristina Fernández.

Una de las principales claves del candidato presidencial del Frente Amplio Progresista (FAP), Hermes Binner, fue instalarse desde un par de semanas antes del 14 de agosto como una gran sorpresa para el gran público, sin un pasado controvertido, con un espacio político sin conflicto, ordenado, sin estridencias en comparación con las desventuras del Peronismo Federal y la UCR, y con un respaldo de gestión que tranquiliza al electorado.

“Si bien tuvimos poco tiempo y nuestra propuesta electoral salió recién a fines de junio, la receptividad fue muy buena e interesante. Somos la única fuerza que propone discutir el presente y el futuro, y dejar de pensar en el pasado”, afirma Claudio Lozano, candidato a primer diputado por la lista del FAP junto a otros dirigentes, como Margarita Stolbizer, Luis Juez, Victoria Donda y Antonio Bonfatti. Asimismo, aclara que los sectores que más se identificaron con la fuerza y sus propuestas fueron muy amplios, pero principalmente se trató de la clase media y la clase popular.

La fuerza: Frente Amplio Progresista
El FAP se constituyó este año al lanzarse la candidatura presidencial del ex gobernador de Santa Fe como una alternativa interesante para los no peronistas, para aquellos que quieren votar oposición con cierto entusiasmo y, también, para quienes apoyan gran parte de las políticas públicas que lleva a cabo CFK, pero disienten de ellas en formas y estilo.

Pese a que actualmente subsiste la debilidad de la oferta opositora global, se trata de una fuerza que cultiva un discurso crítico, pero no extremo, y mantiene coherencia en sus ideas y alianzas.
Por este motivo, fue la más beneficiada de la oposición en las elecciones de agosto al obtener el 10,9% de los votos y tiene por objetivo consolidarse, esto último en relación con su propio crecimiento y no por un enfrentamiento abierto con la Presidenta de la Nación.

"Estoy involucrado en este partido porque el enfoque de su dirigente se distingue de todos los demás. Binner es el único que no expresa críticas contra el Gobierno actual y el resto de los partidos políticos, ya que focaliza únicamente en sus propuestas y respeta los aciertos de plataformas contrarias", afirma el militante del FAP, Ramón Ramírez.

Su línea ideológica

Entre las propuestas más destacadas del candidato se encuentran la seguridad, la educación y la inserción de Argentina en el mundo. Para Binner, no sólo se debe atacar las causas sociales de la inseguridad con educación y trabajo digno, sino también fortalecer una institución policial democrática, transparente y altamente profesionalizada. También sostiene que la escuela pública debe estar en el centro del proyecto del país, y estar vinculada con la producción y al mundo de la investigación.

“Muchas de las propuestas lo favorecen, ya que se inscriben en un programa de centroizquierda no peronista, con cierta sensibilidad social y un tono moderno, algo que se ve claramente en su apoyo a la despenalización del consumo de drogas y a la ley de matrimonio igualitario. Lo cierto es que esas consignas también están en el kirchnerismo, pero en el FAP tienen una connotación socialdemócrata casi antagónica con cualquier forma de peronismo”, asegura el politólogo Dardo Castro.

Respecto de la campaña electoral, Binner impuso un cambio radical, presentándose en tiempo límite para las primarias y adelantándose con gran anticipación a las de octubre. Se considera que, en un primer momento, el ex gobernador supeditó su lanzamiento a los resultados de las primarias de Santa Fe del pasado 22 de mayo, donde ganó su delfín, Antonio Bonfatti. Esta decisión lo fortaleció políticamente y lo posicionó frente al radicalismo, que intentaba imponer una coalición con la fórmula Alfonsín-Binner, para poder obtener respaldo a la hora de las elecciones.

En relación a las encuestas, las distintas consultoras rondan en torno de valores parecidos. Un indicio, entre tantos, lo aportó el trabajo que ha concluido Carballo & Asociados, que le otorga a Cristina un porcentaje de 53,6 en la intención de voto. Le siguen el 12,1 de Binner, el 10,6 de Rodríguez Saá, el 9,2 de Alfonsín, el 8,2 de Duhalde y el 2,9 de Carrió.

Finalmente, si se ratifican las tendencias y obtiene el segundo lugar, la fuerza sabe que captará la atención de muchos y se consolidará. En tanto, el candidato conserva la calma y espera posicionarse como referente opositor. Si bien apenas pudo superar el 10% de los votos en las primarias y en su provincia perdió ante Cristina Kirchner, confía en su desempeño del domingo.

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